Antes de describir que son las placas litosféricas es prescindible saber que la litosfera está formada por rocas, que a su vez resultan de la combinación de diferentes minerales. Es una de las placas más superficiales que tiene la corteza terrestre aproximadamente de 100 km de espesor.
En pocas palabras son aquellas capas que siempre están en continuo movimiento, incluso dicen que pueden alcanzar a recorrer longitudes de 20 cm por año.
¿Qué es la litosfera?
En conjunto con la corteza terrestre es la que se forma cuando el manto líquido contenido en el interior de la tierra se solidifica, puede variar dependiendo si está ubicado debajo del agua, o no.
Su contenido de rocas puede variar entre cristalinas como el granito a rocas tipo basáltico (que es una roca ígnea volcánica de color oscuro).
Grandes placas litosféricas
La placa americana incluye gran parte de la litosfera continental de América así como toda la litosfera oceánica situada al oeste de la dorsal medio oceánica que divide la cuenca oceánica por la mitad, en este caso nos encontramos con un borde de expansión (se trata de unos puntos de la corteza terrestre en los que se forma litosfera nueva).
Nueva litosfera
La litosfera que nace de la convergencia entre dos placas litosféricas ocurre cuando el material del manto (magma) accede a la superficie enfriándose y empuja a su vez el material de la placa ya formado; esta situación se produce cuando existe una grieta en la Tierra por la que emana material interno.
Resumiendo, estos cambios en la corteza terrestre ha sido el mecanismo de activación de muchos fenómenos y acciones naturales como los cambios climáticos o variaciones de temperatura.
Es por eso que en algunos lugares en donde vivimos se tienen mayores factores positivos para entablar una vida cotidiana.
Algunas partes más remotas como Alaska o Madagascar han conservado la litosfera que tienen a causa de su lejanía de la civilización además de que son partes rodeadas por grandes masas de agua.